El año 2021, tras la pandemia, ha sido un año de recuperación de la actividad económica pero sin alcanzar los niveles previos a esta, lo que ha influido en los datos de consumo de energía en este mismo año que, igualmente no han alcanzado los consumos anteriores.
En nuestra opinión y por lo anterior, es probable que no sea un año demasiado válido para tomarlo como referencia, aún así, en un reciente informe, (Global Electricity Mid-Year Insights) de EMBER, se indica que la energía generada de fuentes renovables, ha cubierto el 100% del incremento de demanda de energía que se ha dado en el primer semestre del 2022 y comparado con el primer semestre del 2021.
Este incremento lo cuantifican en un 3% y el 77% lo han cubierto la fotovoltaica y eólica, dejando el resto a la hidráulica.
Considerando, lo que creemos aún niveles no estándar de consumos, aún estamos lejos, muy lejos de poder cubrir necesidades de consumo con la generación de las fuentes de energía renovables.
Además, las políticas que se están poniendo en marcha, (dejar de fabricar vehículos que utilicen combustibles fósiles por ejemplo y entre otras), van a demandar mayores consumos de electricidad, lo que ahonda en la idea de no ser suficiente la capacidad de generación instalada de renovables.
Es muy probable que algunos planes deban ser revisados y considerar como óptimo un mix de generación con fuentes de energía no renovables, aún así, parece una buena decisión fomentar las instalaciones de autoconsumo fotovoltaico en residencial y empresas, lo que, en niveles óptimos, aún lejanos, podrán ayudar, con independencia de las grandes instalaciones de renovables.
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